Sistema digestivo y estrés (¿Una relación tóxica?)

 

un ritmo de vida acelerado cargado obligaciones

Siempre me ha gustado empezar las cosas con fuerza, así que hoy quiero hablar de uno de los temas que más quebraderos de cabeza me ha producido,  el sistema digestivo (sean problemas de intestino, estomago, etc) y la gestión del estrés o la ansiedad. Y quiero hacerlo hablando primero un poco de mi experiencia personal.
Desde niño he sido una persona de complexión delgada, con una alimentación bastante saludable y buen apetito, sin embargo llegó un momento en que muchas digestiones se me hacían largas y pesadas, había cada vez más alimentos que parecían no sentarme bien y poco a poco fui perdiendo peso.
Ahora sé a ciencia cierta que no es casualidad que estos problemas fueran surgiendo en un momento de mi vida complicado con largos turnos de trabajo, una recién estrenada paternidad, problemas de conciliación de horarios con el trabajo de mi mujer, etc
Sin embargo no le das mayor importancia o se la das pero tampoco sabes que hacer al respecto, así que continuas tu vida con normalidad y claro, normalidad para gran parte del currito medio quiere decir cada vez más obligaciones, ampliar la familia con un segundo hijo, llegan los horarios de la escuela y actividades extraescolares con los que ahora intentas hacer auténticos malabares para encajarlos con los que ya tenías y para que contar más. Estoy seguro de que a muchos de mis futuros lectores todo esto les suena.
En mi caso fue ese el momento de mi vida que mi cuerpo eligió para darme una pequeña llamada de atención. De la noche a la mañana empecé a notar unas severas molestias en la zona abdominal (no me gusta abusar de la palabra dolor puesto que no era algo agudo o difícil de soportar), las cuales se repetían sin falta después del desayuno, comida y cena. Los primeros días duraban un rato, pero con el paso de las semanas se fueron alargando hasta el punto de enlazarse unas con otras desde el mismo momento del desayuno hasta la hora de quedarme dormido.
Pero la cosa no acababa ahí, las molestias venían acompañadas de comidas cada vez más ligeras, pensando que así se aliviarían al facitliar la digestión y una rápida perdida de peso que aún teniendo en cuenta lo liviano de mis comidas, parecía excesiva. Después de cinco semanas sin cambios y perdiendo una media de un kilo por semana (puede parecer una bendición para algunos pero os aseguro que no para mí que siempre he sido de "perfil escaso"), decidí acudir al especialista de digestivo al tiempo que mi cabeza en casa no dejaba de buscar posibles alimentos culpables puesto que hoy en día se oye tanto a hablar de las famosas intolerancias y alergias alimentarias.
Me perdonareis si esto empieza a parecer un testamento, así que resumiré: un par de meses de analíticas, gastroscopia, TAC abdominal, más perdidas de peso alcanzando ya los primeros indicios de desnutrición.
Llegó el invierno y dada mi extrema delgadez tenía frío constantemente, las pequeñas heridas o yagas no cicatrizaban con normalidad y mi médico convencido de que algo tenía que haber puesto que los diez kilos que llevaba perdidos le parecían excesivos para que fuera un mero problema de ansiedad o estrés. Todo ello se había convertido en una auténtica obsesión que no me podía quitar de la cabeza ni un momento y seguía igual de perdido que al principio, pero además ahora comenzaba a tener problemas de sueño ahora si claramente provocados por la ansiedad, en concreto despertar precoz, pero no quiero mezclar cosas y el tema del sueño prefiero reservarlo para una entrada posterior.

Después de varios meses sufriendo esta situación tuve la suerte de recibir el asesoramiento de una doctora amiga de la familia que a la vista de todas las pruebas realizadas si creyó que todo podía ser causa del estrés y me recomendó que dejase de hacerme más pruebas (aunque parezca increíble todavía quedaban algunas que mi digestivo quería hacerme) e intentase bajar mi ritmo de vida. Este fue el primer escalón, pero la solución definitiva llegó cuando leyendo un libro sobre psicología cognitiva con el que intentaba aprender a manejar mi ansiedad, conocí el concepto del "miedo al miedo" (cuando un problema real o imaginado nos causa una preocupación o temor obsesivo, hasta el punto de que incluso una vez desaparecidas las causas del problema, el temor permanece y se convierte en una obsesión que puede desencadenar cualquier tipo de malestar) y las posibles manifestaciones psicosomáticas que puede desencadenar la ansiedad. Fue como ver una luz, de repente veía claramente el origen de mis problemas digestivos y por primera vez sentí una gran confianza en que no sabía cuanto tiempo iba a llevarme, pero los iba a solucionar. 

Habrá quien al leer mi experiencia piense: ¿tanto rollo y al final no tenías nada? ¿osea que te lo imaginabas todo tú? Y la respuesta es rotundamente NO, lo que yo sufría era un problema que podríamos calificar como psicosomático pero muy real. Mis vísceras hacían ruidos reales, el dolor o molestias las sentía con total claridad y ni que decir tiene la perdida de peso en la báscula era tan auténtica como el recibo mensual de mi hipoteca. Cuando decimos que un mal es psicosomático no quiere decir que nuestra mente imagina dolores en nuestro cuerpo, sino que ese dolor, enfermedad, molestia, etc surge de la interrelación entre nuestro cuerpo y nuestra mente y se ha convertido en algo TOTAL y COMPLETAMENTE REAL.

Hoy en día son muchas las personas que a consecuencia del estilo de vida actual sufren problemas directamente relacionados con el estrés sea en forma de ataques de pánico o ansiedad, contracturas y dolor musculares o como en mi caso, todo una serie de problemas digestivos. Estos problemas, si no se atienden a tiempo, pueden llegar a limitar muy seriamente la vida de quien los sufre y afectar seriamente a la capacidad de esa persona de ser feliz y disfrutar, puesto que además normalmente son el inicio de una espiral o circulo vicioso en el que el los nervios y temor que nos ocasiona el problema hacen que se agrave el mismo.

Para ir acabando por hoy: si estás en una época de tu vida cargada de obligaciones, con problemas que no te dejan descansar o conflictos personales, emocionales o de pareja y de repente en tu cuerpo empiezan a surgir problemas relacionados con la digestión, el transito intestinal, el apetito, etc por supuesto acude a tú médico y comprueba que todo está en orden orgánicamente, pero te recomiendo que empieces a plantearte ciertas cuestiones: ¿que está pasando con tu vida?, ¿estás contento con ella?, ¿le das a tu cuerpo y mente el descanso que necesitan? y si la respuesta a estas preguntas no te convence puedes empezar desde ya mismo a trabajar en ello, porque si ese era el problema y te ocupas de ello, experimentarás una mejora rápida y definitiva que no te dará ningún medicamente...y si la causa era otra, no te preocupes, relajarse nunca ha matado a nadie.

¡Y hasta aquí puedo leer! 

Ya disponile la segunda entrega en las mejores webs (siempre desee poner algo así):

 Sufro ansiedad (¿Y que puedo hacer yo?)

 

 

<a href="https://www.freepik.es/fotos/negocios">Foto de Negocios creado por creativeart - www.freepik.es</a>

Comentarios

  1. Hola mi problema comenzó desde deje de trabajar por la pandemia de covid.. Todo empezó un día que sentí que me enfermaba de la garganta eso fue el gatillo que desencadenó mis males... Comencé con una crisis de anciedad por el mismo motivo motivo esa fue la primera vez que fui al medico y si resultó que tenía la garganta irritada, pero muy poco eso además de que mi temperatura signos vitales pulmones corazón y presión estaban bien me relajaron mucho, sin embargo la anciedad domino mi mente esto hizo a sí cómodo leía alguna de las anécdotas que leí que me enfocará en ir al médico constantemente a checar mi garganta etc... Pasé días que jamas había pasado tenia un nudo en la garganta estaba nervioso y triste creyendo que ya poco a poco la anciedad desaparecía un día común me solté del estomago crei que sólo era algo pasajero como cuando simplemente te cae mal algún alimento.. Después de eso me no pude hacer del balón como 3 días me decidí a visitar a una gastroenterologo y le comente mis síntomas, me diagnostico SCI.. me recetó rifaximina por dos semanas a mi se me hizo un antibiótico fuerte en miligramos parecía que todo iba funcionando bien hasta que un día al comer un simple caldo de pollo me empezó a dar como acidez y sentía como quemazón y dolor en la boca del estomago, tome omeprazol pepsane.. Pero se me quitaba el dolor.. Me daba más cuando terminaba de comer el dolor en la boca del estomago era intermitente pero muy muy desagradable, tenía una sensación de vacío aún cuando en el mismo momento estuviera comiendo me sentía fatal, antes de volver al gastroenterologo me tomé una suspensión que se llama gelamplus que por suerte aminoro mi molestia de la boca del estomago.. Al acudir nuevamente al gastroenterologo le comente que cómo era posible que si llegue con un asunto llegara con otro... Para el dolor de la boca del estomago me recetó gabapentina y citalopram por 15 afortunadamente se me quito... El asunto es que tengo 34 años soy muy nervioso y aprensivo hasta siento que me volví hipocondríaco por que cada sensación nueva cada cosa que no siento normal la catalogo como algo malo para mi y ando buscando información en la web...baje de peso en tres meses un aprox de tres por mes bueno he tenido molestias de espalda fui con un quiropráctico fui a hacerme estudios de orina sangre y un exudado bucofaringeo por que por si fuera poco me salieron estafilococos eso ya paso pero no sé si fue por hacer ejercicio o algo así pero ese mismo día por una nueva molestia me detectaron una hernia inguinal... Y todo todo esto se lo adjudicó a la maldita anciedad... Hay alguien aquí en este foro que quisiera platicar conmigo me haría muy bien sinceramente... Este es mi número de celular soy víctor 5540716150 y quizás nos podamos dar ánimos, muchas gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo primero Victor mis disculpas por no contestarte en su día. Blogger no me mostraba algunos comentarios porque los ponía pendientes de mi aprobación, lo cual yo no sabía porque sin embargo otros los publicaba directamente sin este trámite.
      La ansiedad nos genera muchos problemas de todo tipo, a veces pueden tener un origen totalmente psicológico pero en otras, se combian un mal real (como pudo ser tu primer episodio con la garganta) con el miedo posteior a que se repita o se trate de un problema grave...entrando así en un circulo vicioso en que cada nuevo episodio confirma el miedo, que se hace mas fuerte y favorece así un nuevo episodio.
      No me cabe duda de que algunos de los problemas que relatas los produzca la ansiedad, pero por supuesto tampoco podemos hacer caso omiso cuando surge algún síntoma físico puesto que podría tratarse de algo real...por eso yo ahora intento practicar una frase que lei hace ya algún tiempo que es "de los problemas hay que ocuparse pero no preocuparse".
      Si se te están juntando demasiadas cosas, medicaciones, etc quizás sería bueno para ti contar con la ayuda de un psicólogo, pues aunque a veces cueste encontrar con el que conecte con nosotros y nos ayude eficazmente, si lo logras merece la pena. Yo personalmente elegiría un profesional que practicase la psicología cognitiva, en mi opinión (sin restar valor a nadie) es más eficaz para el tema de la ansiedad que los profesionales que buscan el problema siempre en solucionar antiguos traumas. En caso de que no puedas o no quieras, puedes probar tú mismo con algún libro. Te recomendaría los libros de Rafael Santandreu (que lo recomiendo a meudo pero no porque sea amigo mio ni tenga comisión...si no simplemente porque a mi realmente me ayudo) o también he leído recientemente "El hombre en busca de sentido" de Viktor Frankl, un psiquiatra de origen judio que sufrió el encierro en campos de concentración durante el nazismo y fue capaz incluso de aprender sobre la experiencia.

      Mucho animo Victor y escribe siempre que lo necesites

      Eliminar
  2. Yo estoy con ansiedad desde marzo, con la llegada del covid y diferentes problemas de salud familiares anteriores, a aparecido esta gran desconocida para mi en aquel.momento a la que cada vez voy conociendo más, también estoy experimentando problemas gastrointestinales, y he perdido peso, estoy forzandome a comer y intentar llegar a las calorías necesarias para no bajar más, pero hay días que me resulta muy difícil, no tengo nada de hambre. Estoy en tratamiento , tú cómo fuiste recuperando el peso y fuistes aumentando las cantidades de la comida? Ya que el post me.parece muy interesante pero me he quedado con esas dudas. Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Cris. Lo cierto es que mi problema es similar pero no idéntico. Yo no perdí el apetito, simplemente cada vez que comía sentía molestias o pequeños dolores en la zona del abdomen que me generaban más ansiedad y como pensaba que se trataba de algo orgánico y tenía la sensación de que cuanto más comía mas daños me hacía, disminuía la cantidad de comida por intentar minimizar las molestias...una vez que comprendí que era la ansiedad, empecé a trabajar la misma (me ayudo especialmente una técnica que describe Rafael Santandreu en su libro "El arte de no amargarse la vida", te recomiendo que lo leas si puedes) y empecé a aumentar la cantidad de comida diaria asumiendo que al menos al principio me seguiría molestando pero podía vivir con ello e incluso disfrutar (cosa que no conseguiría si seguí temiendo la ansiedad y sus sintomas).

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cuando no puedo dormir. Insomnio y otras malas compañías.

Sufro ansiedad (¿Y que puedo hacer yo?)