Que es, porque y como meditar
Con el paso del tiempo me he dado cuenta que hay cierta confusión acerca de que es la meditación, como meditar y cuales son sus beneficios. Supongo que es normal porque hasta hace un par de décadas parecía algo vinculado a ciertas religiones o culturas y sonaba casi tan exótico por este lado del mundo como el daiquiri de piña.
Además aunque a veces han caído en mis manos algunos libros complejos y farragosos que te dan ganas de darles la vuelta por si es que los estabas mirando al revés, lo cierto es que meditar es todo lo contrario: sencillez en estado puro y por eso aunque yo no sea ningún experto creo que con unas breves ideas puedo aclarar un poco el tema para quienes todavía no han probado esta maravillosa práctica.
- ¿Qué es meditar?
Y aquí me voy a limitar a explicar en pocas palabras como lo veo yo. Meditar es concentrar nuestra mente en lo que podemos llamar "un objeto de meditación"(siendo el más habitual la respiración) y dejar que los pensamientos que vengan a nuestra mente fluyan y se diluyan por si mismos. De lo cual se deduce que meditar no es dejar la mente en blanco como una pared encalada como solemos pretender los principiantes y por eso en cuanto nos viene algo a la mente pensamos: - ¡Ya lo estropeé! -.
Es normal que a mi mente vengan ideas, recuerdos e imágenes, pero lo que debo hacer es no darle importancia, dejarlos que se vayan de la misma forma que vinieron y retomar la concentración en el objeto de meditación que he elegido.
- ¿Por qué meditar?
Las personas necesitamos descansar cuerpo y mente, dándoles así una oportunidad de sanar, reparar y recuperar la energía gastada. Sin embargo el ser humano en general y especialmente en la sociedad actual, suele dedicar gran parte de su tiempo a preocuparse por lo que va a pasar mañana, lo que salió mal en el pasado, lo que debería haber hecho o lo que tendré que hacer, por lo que incluso cuando nos sentamos o tumbamos a descansar, muchas veces en el mejor de los casos lo estará haciendo nuestro cuerpo pero no la mente, a la que no permitimos ni un segundo de relax.
Esta situación día tras día, mes tras mes y año tras año, suele desembocar en problemas como ansiedad, miedos, neurosis, depresión, etc y una vez que llegamos a ese punto a menudo pensamos que esto nos supera y ya no hay vuelta atrás.
Para todos los que ya se encuentren en una de estas situaciones me gustaría dejar muy clara una cosa: SI HAY SOLUCIÓN y tengo pruebas irrefutables de ello, la número uno es que infinidad de personas, después de caer muy profundamente en esas trampas que nos tiende el cerebro, después de años sufriendo alguno de estos trastornos, ¡han salido de ellos! y por lo tanto sólo podemos concluir que es posible. No somos tan especiales como a veces nos gustaría creer y si otras personas han podido, nosotros también.
Y la meditación, realizándola junto a otras medidas, será una importante herramienta para deshacer ese camino, pero sobre todo la mejor herramienta para prevenir llegar a esa situación dejando descansar y curarse a si misma a nuestra ajetreada mente.
- ¿Como meditar?
Existen diferentes maneras de realizar una práctica y para los preocupados por su flexibilidad...tranquilos, no tenemos porque sentarnos en la posición del loto como un sonriente buda. Se puede incluso llevar a cabo tumbados sobre una esterilla o en la cama. La diferencia es que cuando nos tumbamos aunque suele ser muy cómodo mantener la posición, tendemos a quedarnos un poco amorrodados (o directamente dormirnos y roncar como troncos), por lo que yo personalmente suelo hacerlo sólo cuando lo que busco es sobre todo la relajación del cuerpo.
En cuanto al objeto de nuestra meditación, como decía al principio de este post, el más habitual es la propia respiración, puesto que siempre nos acompaña y tiene un vinculo indisoluble tanto con la mente como con el cuerpo, de forma que cuando nuestra respiración se va calmando también lo hacen nuestro cuerpo y nuestra mente. Lo único que haremos será llevar toda nuestra atención a ella y sentir como entra el aire acariciando nuestras fosas nasales y como luego sale con una suave caricia.
No se trata de forzar inspiraciones o espiraciones profundas y lentas, si no simplemente dejarle surgir de forma natural y darle toda nuestra atención, de forma que será la propia respiración quien se calme en breves minutos.
Posición tumbados:
En este caso me tumbo con los brazos estirados al lado del cuerpo, las palmas de las manos giradas hacía el techo (no totalmente si no es cómodo para mi), piernas estiradas y separadas a la anchura de las caderas y mirando hacía arriba intentando alargar el cuello por detrás pero sin forzar, que resulte cómodo mantener la postura. No es recomendable usar almohadas y si necesitamos levantar un poco la cabeza para estar a gusto, mejor utilizar una toalla doblada o algo que levante justo unos pocos centímetros respecto el resto del cuerpo.
Una vez en esta posición, repaso mentalmente las distintas partes del cuerpo, llevando por un instante mi conciencia a esa parte, siguiendo un orden y siempre de la forma más detallada posible. Por ejemplo dedos del pie derecho, izquierdo, planta del pie derecho, izquierdo, empeine, tobillo, espinilla, etc hasta llegar a la cabeza y cuando termino siento como con cada respiración se relaja ahora todo mi cuerpo, permaneciendo en esta postura tanto como me apetezca.
Sentados:
Puedes sentarte con las piernas cruzadas, posición del loto sobre un cojín o soporte que te eleve tan sólo unos pocos centímetros o si te es más cómodo simplemente en una silla, pero en cualquier caso debes intentar mantener tu espalda recta, alargando la zona cervical como si de tu coronilla saliera un hilo que tirara ligeramente hacía el techo al tiempo que la barbilla tiende a recogerse hacia el cuello, todo de forma sutíl y suave, no forzando los musculos y si estas en una silla los pies paralelos con las plantas apoyadas en el suelo.
Además también es muy probable que a veces con la quietud sientas
ligeras molestias en alguna parte del cuerpo, como espalda, cuello, etc, en parte motivado por la falta de práctica de los músculos que intervienen en esa posición erguida pero también porque nuestra mente se resiste a quedarse calmada y sin hacer nada (por falta de costumbre) y aprovechará cualquier mínima sensación de tensión para amplificarla y distraerse. Si igualmente consideras necesario moverte hazlo de forma pausada y llevando tu consciencia a la parte del cuerpo que mueves, para acto seguido regresar a tu respiración.
Caminando:
Cualquier sitio es adecuado para meditar caminando, solamente tienes que andar despacio, centrándote en sentir el suelo bajo la planta del pie en cada pisada. Cuanto más despacio mejor pero eso si, con una velocidad suficiente para caminar de una forma natural y equilibrada.
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